martes, 12 de mayo de 2009

REPENSANDO LA ESCUELA DEL FUTURO

La crisis de los sistemas educativos no es un fenómeno nuevo, más bien es común en todos los rincones del planeta.
Brunner considera que la humanidad está actualmente frente a una verdadera revolución educativa, que no es la primera a la que se ha enfrentado, pero cuya índole es bien diversa de las tres anteriores. Para Brunner el desarrollo de la educación ha sido el siguiente: Primera Revolución: el surgimiento de las escuelas.
Segunda Revolución: el surgimiento de los sistemas escolares nacionales.
Tercera Revolución: la masificación de la enseñanza.
Cuarta Revolución: es la que estamos necesitando en la actualidad frente a los cambios sociales, económicos y culturales y a las nuevas demandas que esto impone.
Se trata de un desafío mucho más grande que todos los anteriores porque lo que se evidencia es que ya no alcanza con ampliar el número de gente que recibe educación, como en los casos anteriores, sino que es necesario encontrar un nuevo modo de ‘hacer’ educación, que sea adecuado y consistente con las nuevas características del contexto donde existe la escuela.
El contexto ya no es lo que era antes, y por esto la escuela tampoco puede ser lo que era antes. Y, para complicar más las cosas, la naturaleza de los cambios que necesitamos es compleja. Es necesario un cambio de paradigma.

El salto de paradigma es difícil y complejo, y supone tres instancias encadenadas

1. Cambiar la visión.
2. Cambiar las decisiones técnicopedagógicas.
3. Cambiar la organización de las aulas, de las escuelas y del sistema educativo

Necesitamos transitar:

En la propuesta de enseñanza de instruir a formar (enseñar a pensar).
En las escuelas de burocráticas a instituciones inteligentes (eficiente y flexible).
En el sistema educativo de una organización por niveles a una por ciclos (que respondan a las características de los alumnos).

De los tres componentes necesarios para saltar el paradigma, el más difícil de lograr es el tercero.
Los cambios organizacionales, que parecen ser, hoy por hoy, el agujero negro de todas las innovaciones y el gran compromiso si buscamos mejorar la calidad de la enseñanza. La pregunta clave acá es, entonces, cómo avanzamos.

PARA MEJORAR LA PROPUESTA DE ENSEÑANZA
Intentar ser coherente entre ‘lo que sé’ y ‘lo que hago PARA AVANZAR
HACIA UNA ESCUELA INTELIGENTE:
Una escuela burocrática se transforma en una escuela inteligente produciendo cambios en los diferentes parámetros de la organización: tiempo, agrupamientos, presencialidad.

PARA ESTRUCTURAR UN SISTEMA EDUCATIVO CAPAZ DE CONTENER ESCUELAS
INTELIGENTES:

Superar la organización del sistema educativo por niveles y lograr una organización por ciclos no es sólo tarea de las autoridades educativas. Tiene mucho que ver con la capacidad de los planteles escolares de revisar sus rutinas y ser capaces de incorporar, a lo largo de toda la escolaridad de los alumnos, espacios de actividades lúdicas, tiempos para el ‘hacer’, compromiso con la formación general y exigencia de adquisición de los saberes instrumentales y conceptuales para la formación y enseñanza de las disciplinas académicas.