martes, 14 de abril de 2009

PEDAGOGÍA DE LO IMPOSIBLE


CINE SOCIAL CON HOY EMPIEZA TODO, DE BERTRAND TAVERNIER


Pedagogía de lo imposible


No se puede salvar el mundo a cada rato. Ni siquiera un mundo reducido, como la barriada más pobre de un pueblo francés. Hoy empieza todo así lo demuestra. De hecho, en ocasiones tampoco puede salvarse a la propia familia. Ni Superman lo puso.

La cumbre del cine social tiene nombre: Hoy empieza todo. Su dramatismo, la trama y su desarrollo la colocan más allá de las modas a las que se agarran este tipo de películas. Y por si fuera poco, su crítica golpea con dureza, sin medias tintas ni banderas, contra una situación perpetuada con gran descaro.
En 1999, Bertrand Tavernier denunció un despropósito estatal que se descubre en la escuela, entre sus actores y recursos. A pesar de los años, su acusación sigue en pie: durante noventa minutos frenéticos pone en entredicho un sistema educativo plagado de carencias. De hecho, es curioso cómo el título original, Ça commence aujourd'hui—cuya traducción literal sería Esto comienza hoy—, induce a creer que realmente el director quiso decir que Esto no se acabará nunca.


EL HÉROE Y LA TRAJEDIA


Esta historia la protagoniza Daniel Lefebre (Philippe Torreton), un director de colegio que cumple con gran pesar sus obligaciones como funcionario. Entre estas destaca su labor como profesor en una clase de educación infantil donde se enfrenta a diario con los problemas familiares de sus alumnos. Por desgracia, su puesto no le convierte en monarca del reino y su labor, en teoría, no va más allá de educar y llamar la atención a las familias despreocupadas.
Sin embargo, la situación de estas familias está clara: no tienen medios ni ganas. Muchos son padres que sufren depresiones perpetuas a causa de un vacío existencial y económico que toca fondo. La desesperanza de esta gente se transforma en hastío, alcoholismo y siestas a jornada completa. Por eso todos los años hay alumnos con grandes dificultades de adaptación y signos evidentes de dejadez o incluso violencia.
Estas circunstancias afectan profundamente a Daniel, quien lleva sobre su conciencia el pasotismo del gobierno local y la falta de lapiceros en las aulas. Como no hay recursos y la alcaldía ni sabe ni contesta, Daniel atiende por su cuenta la mayoría de problemas que le rodean. Así, su vida se convierte en una carrera de obstáculos sin opción a llegar primero, y lo que es peor: con la sospecha de que ni hay meta ni tampoco remedio para el asunto que lleva entre manos.


LA ESCUELA Y LOS SERVICIOS SOCIALES


Hoy empieza todo retrata con crudeza esta situación y pone sobre la mesa un par de asuntos delicados. Por un lado, la precariedad de los servicios sociales y por otro, la dificultad para cumplir los preceptos del gobierno en cuanto a educación.
En el caso de la película, el protagonista está harto de la asistencia social porque su exigua plantilla cubre una gran masa de población. De ahí que no se trate de coger el tique de turno y sentarse a esperar en la cola: la ayuda puede tardar años en llegar y eso desborda a familias con pocas expectativas de sobrevivir. Sí, de sobrevivir, porque no se trata de que reciban asesoramiento para que sean grandes papás. Lo suyo es que olviden sus frustraciones y saquen la voluntad necesaria para apoyar a sus hijos.
Otro tema son los principios que se deben acatar por ley. En concreto la igualdad de oportunidades y la obligatoriedad de la enseñanza. El caso del igualitarismo es fácil de discutir porque requiere una estructura docente infalible e imposible: ningún engranaje —docentes, medios, recursos— puede fallar para socializar a cada muchacho sin discriminaciones. Por suerte, a pesar de la cultura dominante y el currículo escolar de casi dos décadas, el ser humano se resiste —a duras penas o sin saberlo— a ser un miembro absolutamente integrado e idéntico a los demás.
Por último, la obligatoriedad de la enseñanza es un asunto parejo al anterior aunque más peliagudo. Tavernier no cuestiona el derecho de los chiquillos a saber leer, escribir, jugar, pintar, y a quedar resguardados mientras sus padres andan ocupados. De lo que sí discrepa es del potencial del colegio para ayudarles a conseguir un buen estatus social. En el caso de Hoy empieza todo, Daniel exige a los padres que traigan a sus hijos a la escuela para que no acaben como ellos. Él sabe que se equivoca, que los niños no saldrán triunfadores de sus aulas, pero al menos tendrán tiempo de soñar entre tantas dificultades.

sábado, 4 de abril de 2009

Las micropolíticas del cambio educativo


La política no es solamente un aspecto fundamental de la vida de los centros; es también un aspecto fundamental para el cambio. Los procesos y las estructuras micropolíticas tienden a intensificarse durante los períodos de cambio en las escuelas. Los esfuerzos actuales por democratizar los centros son únicos en su propósito de cambiar (en ocasiones de modo impresionante) la estructura de gobierno formal en ellos. Sin embargo, las distintas aproximaciones a la reestructuración escolar se identifican con diferentes procesos y metas políticas. Algunas de dichas aproximaciones son conservadoras (Maeroff, 1998), otras son liberales (Glickman, 1993) y otras son consideradas radicales emancipadoras (Giroux, 1992).


Sin embargo, la bibliografía sobre la investigación nos indica que aquéllos que inician e implementan la reestructuración del centro a menudo carecen del conocimiento y las habilidades esenciales. Es decir, suelen carecer de conocimiento relevante acerca de las micropolíticas, así como una serie de habilidades y destrezas relacionadas con el liderazgo facilitador, la influencia interpersonal, el desarrollo y la dinámica de grupos, además de dominar los procesos colaborativos y consensuados frente a los conflictivos y adversarios, entre otros (Bondy et al, 1994; Crowson y Boyd, 1991; Cusick, 1992; Hargreaves, 1991; Malen y Ogawa, 1988; Rollow y Bryk, 1995; Sarason, 1990). Sería extremadamente valiosa la formación inicial y continua de los educadores en estas destrezas y áreas de conocimiento.


Históricamente, las escuelas no han proporcionado a los educadores, al alumnado ni a los padres las oportunidades para la participación democrática en la vida de los centros.
Tampoco los valores y principios democráticos han gobernado la vida diaria de los mismos. Las aproximaciones actuales a la reforma escolar enfatiza el desarrollo de los procesos democráticos para la mejora de la escuela; en dichas aproximaciones, la democracia es percibida como un vehículo para la mejora de la escuela y no como un fin en sí misma. Las metas de la reestructuración escolar deberían extenderse para alcanzar una visión de las escuelas como modelos de valores y principios democráticos, con ello se requeriría a todos sus participantes la formación tanto en la teoría democrática como el conocimiento y las destrezas micropolíticas.


“La micropolíticas es una dimensión fundamental del cambio escolar en general y, más específicamente, un núcleo central de la mayoría de enfoques de la reestructuración. Se describe un marco de ideas para la investigación futura sobre la micropolíticas del cambio escolar. Semejante investigación es necesaria porque actualmente contamos con pocos estudios de este fenómeno”.

MICROPOLÍTICA Y LA VIDA COTIDIANA EN LAS ESCUELAS

Estudios políticos y no políticos demuestran la importancia central de la micropolíticas en la vida cotidiana en las escuelas. Varios estudios han examinado las relaciones entre los administradores escolares y los profesores. Para ilustrar esto, Roberts y Blase (1995) encontraron diferentes críticas al observar las interacciones micropolíticas de los inspectores y profesores que habían participado en experiencias en el aula satisfactoria y poco satisfactoria. Blase (1987 b) describió la vulnerabilidad de los profesores en sus relaciones con los padres y cómo ello afectaba a todas las dimensiones de la vida del aula, tanto social, instruccional como extracurricular.

Una multitud de estudios educativos no políticos demuestran también la importancia de
las políticas en la vida diaria escolar. Como ejemplo, citaremos que Hanson (1976) encontró que aunque las estructuras formales de autoridad explican algunas de las dinámicas políticas entre el profesorado y los administradores, donde cada grupo también controlaba “esferas de influencia” informales. Brieschke (1983) describió tres orientaciones estratégicas (consolidarse, formar parte de una minoría y permanecer al margen) que los profesores llevaban a cabo para resistir e influir a los directores de los colegios


INDICACIONES PARA LA INVESTIGACIÓN FUTURA

La investigación acerca de las políticas escolares ha avanzado considerablemente durante los últimos años. Varios estudios (Ball, 1987; Nyberg, 1981; Sarason, 1990) han expuesto que no tratar directamente con las dinámicas políticas de cambio será más probable que evite el entendimiento y la implementación exitosa de la reforma. Verdaderamente, cambiar el contenido del entorno macropolítico así como micropolítico de las escuelas, continuará frustrando la reforma. Sin embargo, a pesar de que la Reforma llevada a cabo en Estados Unidos, y en otros lugares, en los años 90 se ha centrado, en gran parte, en el cambio de las estructuras y los procesos políticos de las escuelas, se han llevado a cabo pocos estudios macropolíticos acerca del cambio escolar. El siguiente entramado de aspectos a investigar en las micropolíticas del cambio educativo y la innovación es aplicable, en particular, a las micropolíticas de la reestructuración escolar.